las siete direcciones

La inquietud y el interés de conocer más de los pueblos ancestrales de mesoamérica llevó a Joaquín de Luna a acercarse a la talla de piedra laja, para expresar sus sentimientos. Hoy deja constancia de esas culturas autóctonas, de sus esculturas, sus murales y bajo relieves y de la cosmovisión que tenían de la naturaleza y de sus elementos. Y que mejor manera de expresar esas ideas en piedra, el mismo material que usaban esos pueblos nativos de nuestras tierras y por el cuál aseguraron la permanencia posterior.